wfn.org | Title: Ha venido quien nos alienta y sostiene

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Consejo Mundial de Iglesias
Comunicado de prensa 03-18
Para difusisn inmediata
12 de mayo de 2003

Mensaje de los presidentes del CMI	 - Pentecostes 2003

"Ha venido quien nos alienta y sostiene"				     
  

"... Porque si no me voy, el Consolador no vendra a vosotros; pero si me voy,
os lo enviari. Y cuando il venga, convencera al mundo de pecado, de justicia
y de juicio; de pecado, por cuanto no creen en mm; de justicia, por cuanto
voy al Padre y no me veriis mas; y de juicio, por cuanto el prmncipe de este
mundo ha sido ya juzgado." (Jn 16:7-11)

"Cuando llegs el dma de Pentecostis estaban todos unanimes juntos. Y ...
todos fueron llenos del Espmritu Santo..." (Hch 2:1-4)

La palabra griega utilizada por Juan para referirse al Espmritu Santo es
Parakletos, que significa abogado, consejero, consolador y defensor. El
Espmritu es quien nos alienta y sostiene en la afliccisn. Los discmpulos
nunca habman tenido tanta necesidad de ayuda como en la noche en que Cristo
fue traicionado. Fue una noche en la que se sintieron presa del desconcierto.
Mientras Cristo estuvo fmsicamente presente con ellos, pudo actuar como su
propio intirprete. Cada vez que los discmpulos comprendman mal, il podma
repetirles su enseqanza. Ellos no tenman necesidad de otro que los iluminara,
que diera testimonio con grandes hechos o que les recordara sus palabras.  

Pero al anunciarles su partida, Jeszs prometis que un abogado, el Espmritu
Santo, serma enviado para sostenerlos fielmente y realizar la tarea de
convencer al mundo de que estaba fundamentalmente equivocado en sus
concepciones del pecado, la justicia y el juicio. Porque el mundo habma
pecado al negarse a aceptar que Dios esta en el Cristo vivo, que la justicia
esta encarnada en el Cristo resucitado y que el juicio recaera sobre aquellos
que prefieren un prmncipe del mundo al Prmncipe de Paz. Jeszs dijo a los
discmpulos claramente que el Espmritu no sustituirma ni su propia obra ni su
persona, antes bien continuarma bendiciendo a los creyentes con la riqueza y
las acciones de Dios que los primeros discmpulos habman encontrado en Cristo,
guiandolos -asm como a nosotros- "a toda la verdad" (Jn 16:12-15).

Los datos bmblicos sobre el Espmritu Santo describen el poder creativo del
Dios santo y bondadoso. El Espmritu es trascendente, pero esta personalmente
presente en el espmritu humano. El Espmritu Santo se revela a los creyentes
como un principio de vida enviado para reanimar corazones y almas
aparentemente sin vida, dando forma y sosteniendo al cosmos creado asm como a
sus habitantes. El reconocimiento del poder del Espmritu es saludable para la
humanidad.

En todos los tiempos, y cada vez mas al correr de los siglos, nuestra especie
ha intentado manipular las fuerzas del universo. Con tal ansia de poder,
corremos el riesgo de provocar el caos y la catastrofe. En efecto, este
estado de cosas se refleja en un mundo en el que un pams y sus pocos aliados
han emprendido la invasisn ilegmtima de Iraq, asestando deliberadamente un
duro golpe a los instrumentos reconocidos del orden internacional, a la paz y
a la justicia.

Rodeados por un mundo de pecado, deformacisn de la verdad, contaminacisn de
la vida y presagios de muerte, elevamos una vez mas nuestra  voz, pidiendo
ayuda a quien nos alienta y sostiene, el Espmritu Santo, znico que puede
vivificar y hacer posible nuestro culto, nuestro trabajo y nuestro
testimonio. Sslo al renovarnos asm experimentamos la nueva creacisn en Cristo
y la comunisn del Espmritu Santo.

Pentecostis, para nosotros los creyentes, es un dma en que celebramos al
Espmritu Santo que ha venido a ayudarnos como lo prometis Jeszs a los
discmpulos. En verdad Dios ha derramado el Espmritu Santo sobre toda carne
para que podamos reconciliarnos con Il. Los acontecimientos de Pentecostis
fueron lo opuesto de lo que sucedis en la antigua Babel (Gn. 11:1-9).  En
Babel, Dios habma confundido las lenguas de los pueblos y habma dispersado
las naciones para impedir que prosperase el mal que intentaban hacer. En
Pentecostis, hombres piadosos de muchas naciones se reunieron en Jerusalin.
Entonces llegs el Espmritu: una arrolladora manifestacisn de vida nueva,
poder y bendicisn que Pedro reconocis como el cumplimiento de la profecma de
Joel (Hch 2:5-21).  Una vez mas, hubo gran desconcierto (Hch 2:6), pero esta
vez se debis al hecho de que cada cual oma a hombres y mujeres del pueblo,
llenos del Espmritu Santo, hablar en diversas lenguas. 

La Iglesia primitiva supo que habrma de ser una comunidad internacional,
multicultural y multiling|e. El Dma de Pentecostis, gentes procedentes de los
lugares mas alejados del mundo conocido oyeron la predicacisn del Evangelio y
creyeron en la buena nueva de Jesucristo. Nunca debemos desanimarnos en
nuestra bzsqueda y nuestro afan ecuminicos. El Espmritu Santo, quien nos
alienta y sostiene, nos concedera el poder de amar a los que son diferentes
de nosotros y nos unira para que formemos una sola familia de fe. Aunque
somos una familia rica en diversidad humana, por la gracia de Dios estamos
llamados a hablar con una sola voz, a amar con un solo corazsn y a actuar en
unidad. Amin.

	Presidentes del CMI

	Dra Agnes Abuom, Nairobi, Kenya
	Pastora Kathryn K. Bannister, Bison, Estados Unidos
	Obispo Jabez L. Bryce, Suva, Fiji
	S.E. Crissstomos, metropolita de la Sede de Efeso, Estambul, Turquma
	S.S. Ignatius Zakka I Iwas, Damasco, Siria
	Dr Kang Moon Kyu, Sezl, Corea
	Obispo Federico J. Pagura, Rosario, Argentina
	Obispo Eberhardt Renz, T|bingen, Alemania

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los Medios de Informacisn,  tel: +41(0)22 791 64 21 / 61 53

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El Consejo Mundial de Iglesias (CMI) es una comunidad de 342 iglesias,
procedentes de mas de 100 pamses de todos los continentes y de la mayor parte
de las tradiciones cristianas. La Iglesia Catslica Romana no es una iglesia
miembro pero mantiene relaciones de cooperacisn con el CMI. El srgano rector
supremo es la Asamblea, que se rezne aproximadamente cada siete aqos. El CMI
se constituys oficialmente en 1948 en Amsterdam (Pamses Bajos). Al frente del
personal del CMI esta su Secretario General, Konrad Raiser, de la Iglesia
Evangilica de Alemania.

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